Sí, al fin aparezco con Leonardo, aunque en esta foto él se ve únicamente por detrás.
Estábamos esperando juntos a que se llegara la hora de la comida. Yo cantaba y lo mecía en el sillón, él chupaba un trapito colocado en mi hombro y Randy, su abuelo, nos observaba y tomaba fotos.
Dicen su mamá y su papá que ya pesa cuatro kilos y que una médica les dijo que está muy bien, que el hecho de que permanezca despierto más tiempo del que les parece normal a ellos es producto del reacomodo que debe hacer de todo su sistema.
Muy bien, Leonardo, vas bien.
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