Leonardo aprovecha la visita de su Tati, para estar con ella, y con Mandarina de tela.
También, con su papá, quien le enseña un libro que les regalé, a Miri y Najú, por su segundo aniversario de bodas.
Leonardo disfruta dándome a "comer" uno de sus brazos y, luego, otro, a Tati, bajo la mirada de su papá.
También, del coche grande, grande.
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