Mientras sus papás iban a un bautizo, Leonardo paseó con su güelogüero y yo por el parque. Se ve cómo disfrutó la caminata por ese lugar, tanto que a veces se le olvidaba tomarme de la mano.
Le sigue gustando mucho que le tomen fotos. Aquí, va bien tomado de las manos de cada uno de sus abuelos y voltea a ver la cámara.
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