Vino Alaíde para estar con su sobrino Leonardo. Fuimos los abuelos y ellos dos a disfrutar de las instalaciones infantiles.
Aquí se puede observar cómo disfrutaron ambos del columpio. A Leonardo, sobre todo, le fascina mecerse ahí. No fue muy cómodo para ninguno de los dos, pues el asiento es para chicos más grandes, pero hicieron su mejor esfuerzo para aprovechar la oportunidad, tanto de estar juntos como de columpiarse.
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