Hubo dos piñatas pero sólo rompimos la de la estrella: a la del león Alex, de Madagascar, no quiso pegarle.
Ale Gómez hizo juegos para él con un huevito de Kinder, lo cual disfrutó mucho.
Apagó la vela del pastel que le hice después de escuchar, muy concentrado, Las mañanitas adaptadas a la situación de precumpleaños.
Le encantó que su papá y Pablo lo levantaran. Pablo le encanta. Gritaba: Ablo, Ablo.
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