En un día de muchísimo frío, Leonardo vino de visita a casa de sus abuelos con su mamá y su abuela materna, Socorro, Coco.
Su mamá aprovechó para leerle Arrullo.
Él comió muy bien, escuchando sonidos interesantes.
Usó un gorrito igual que su güelogüero, Abu.
Y paseó con sus dos abuelas, Lola y Yeyé, mientras Porfi barría las hojas.