Leonardo disfruta muchísimo al jugar con los globos. Y, por supuesto, se asustó, también mucho, cuando rompí uno al intentar quitarle la cinta adhesiva, una y otra vez. Lo sentí mucho pues lloró y lloró.
Afortundamente, cuando se le pasó el susto y el llanto, pudimos jugar nuevamente durante mucho rato.
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