Disfrutó mucho de la visita a bisaEva en la Casa de reposo, pues tiene un jardín con una pequeña portería de futbol. Con su tía y su papá, jugó futbol, con su Abu, a volar en círculos. Todo le gustó, incluso que lo izaran en lugar de usar las escaleras para volver al espacio donde estaba su bisaEva.
Leonardo disfrutó mucho el pastel por el cumpleaños de Alaíde, su Tati. La ayudó a apagar las velitas y, por primera vez, comió una rebanada completa de pastel. Le encantó.
Le pido permiso para tomarle unas fotos mientras come su paleta helada de limón. Me autoriza. Entonces le digo que está muy serio, que sonría. Responde con su carita ladeada y una tierna mirada; luego, la clásica en donde muestra los dientes. Más tarde, sí, me regala una clara sonrisa. La de júbilo va dirigida a su mamá, por supuesto.