Su güelogüero, quien tomó estas fotos, insistió en que incluyera yo la imagen donde Leonardo llora, para que los visitantes de este blog vean que no es todo sonrisas. Jajaja. Es cierto, como cualquier niño, a veces llora. Tenía hambre y sueño. Una vez atendidas esas necesidades, listo, siguió con su buen humor característico y sus sonrisas.
viernes, 24 de septiembre de 2010
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