Luce nuevo look pues su mamá lo llevó a la peluquería por primera vez hace unos días.
Está familiarizándose con una de sus grandes piñatas y luce sus dos grandes dientes.
Su bisaEva le regaló una sillita. Él la transformó en andadera y con ella se sintió lo suficientemente seguro como para abandonar a su mamá que, no obstante ello, sigue muy pendiente.
El güelogüero, Randy, observa, mientras Leonardo lo mira con una gran expresión de gozo en sus ojos.
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